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Déjame que te cuente, verano invencible.

Mis veranos, son como pequeñas mini-series televisivas, que duran casi tres meses. (Soy fija discontinua laboralmente) Disfruto de casi tres meses de una plena desconexión laboral.


Rompo con mi rutina cotidiana y me dedico a otros menesteres así a corazón abierto, sin cirugía. A vivir pararelamente otra realidad.

Son meses llenos de vida, de bańos, de sol, de tiempo libre, de descanso, de conexión con los míos y de mucho estar para ellos y para mi.

Hay veranos buenos y otros regulares como este, un tiempo de mucha resilencia, de esperar, de estar, de cuidar, de soportar el stress, de tener mucha paciencia y sobre todo de tomar conciencia.


Este verano, ha sido invencible, inquebrantable é infranqueable, la intensidad de mi cuerpo y de mi mente ha superado cualquier limite, he vivido como si, no existiese un mañana, como si me robasen el tiempo a pasos agigantados.



La determinación, la autoestima y la amabilidad son recursos mentales que nos hacen resilentes

La vida es muy difícil a veces no es nada fácil, enfrentarte a situaciones emocionalmente muy frágiles y vulnerables. La montańa rusa que he vivido este último año ha sido atroz. Me he abierto en canal, para experimentar momentos desoladores y muy tristes, pero la vida compensa y la balanza iba de un lado a otro sin darme tregua.

El amor y la empatia es la mejor medicina para poder superar estos baches, ha sido un verano especialmente enérgico y potente lleno de generosidad, abrazos, complicidad. palabras de ánimo y esperanza a pesar de su dureza.

Agradecida y poderosa, por que la vida me ha enseñado que hay personas que aunque estén lejos fisicamente de mi, están muy cerca de mi corazón y otras te tocan el alma, estando a tú lado con su presencia y su cercanía.


Soy muy afortunada de tenerlas.


Mi verano invencible lo recordaré de por vida, he batallado como una leona, he sacado las garras para defenderme de la adversidad de lo quebradiza que puede ser la vida, en una milésima de segundo.


Los viajes, las crisis existenciales, las escapadas, estar fuera de mi zona de confort a través de estas últimas décadas me han hecho valiente y fuerte mentalmente, tomar decisiones en circunstancias de crisis me han hecho descubrir otra forma de enfocar la vida a través de una mente mucho más científica y gestionar las emociones, tarea nada fácil.



No ha sido nada sencillo llegar a este punto, de conexión tener desapegos a los que restan y querer a los que suman es una buena lección de vida.


Déjame que te cuente, verano invencible, que lo nuestro ha sido una relación de amor y odio que te he amado con tesón y te he odiado con rabia.


Déjame que te cuente que los veranos son para ir en bicicleta, estar despeinada y descalza por la casa, nadar en playas paradisiacas, disfrutar viajando, socializar con tus amigos, mientras te tomas unas cervezas y te echas unas risas, explorar el mundo con ganas é ilusión, todo lo demás debería estar prohibido en verano, cultivar un verano resiliente es todo un reto, si, nada de todo existe, el verano se convierte en compasión, en dolor y en pesadez.


A pesar de todo, hay que tener una fuerza interior, que te ayude a ser cálido contigo mismo y aceptar la situación con resignación y bienestar.

Déjame que te cuente verano invencible que te espero siempre con los brazos abiertos y una gran sonrisa. Que de ti, he aprendido tanto, que mi alma se calmará a lo largo de los próximos estios. Que el poder del amor sana aunque estes pasando un calvario y la pena te destroze el corazón ♥️


@Pasaporteamivida Blog-2019

5 comentarios en “Déjame que te cuente, verano invencible.”

      1. Gracias por tus cálidas palabras. Me gusta seguir tu blog que tiene mucha sensibilidad y arte en las fotos y lo que cuentas. Ánimo y continua con el.

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  1. Ocurre a veces que uno se afana en componer coreografías alegres ,desenfadadas y divertidas y la vida , de repente, te cambia la música. Una canción triste , horrible y desafinada comienza a sonar y no te la puedes sacar de la cabeza, los cafés de la mañana vienen con sal y la sopa de la noche está fría.
    Hay que cerrar los ojos, recomponer cuerpo y alma y seguir bailando, aunque sea con un tenue balanceo y a pasitos cortos….La función debe continuar y con el tiempo, al recordar, nos daremos cuenta de que “eso” también era bailar y que lo peor que podríamos hacer es quedarnos quietos…Ánimo ,tú no pares que los demás no nos cansaremos de aplaudirte.

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    1. He vuelto a leer tú comentario y con el tiempo y más tranquila, he sido más consciente de tus cálidas palabras! No hemos dejado de bailar, aunque la música va cambiando de sintonía cada cierto tiempo y sin avisar.
      Aunque bailemos despacio y lento a veces, sin apenas escuchar la música..
      Nunca dejemos de hacerlo, aunque nos cueste la vida entera movernos. Siempre la sintonía cambia, y nosotros seguiremos bailando más alegremente.

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