Hace un par de días, volví de mi última escapada del 2017, repetí Wiesbaden (Alemania) por que allí tengo una amiga viviendo y me encanta ir a visitarla, siempre tenemos algo que descubrir.
2017 ha sido un buen año viajero Madrid, Salamanca, Mallorca, Luxemburgo, Wiesbaden y Mainz han sido mis destinos.
He compartido momentazos, con amigos maravillosos e afianzado amistades, he conocido nuevas amistades nobles y generosas, he vivido otra vida por días, otro mundo, otras experiencias, me he saciado de aventuras que me ponen los pelos de punta, cada vez que las vivo por su fuerza tan vibrante y su energía tan revitalizante.
En esta ocasión no ha sido menos, cuatro días, que se han convertido en una intensidad enorme. He tenido la sensación en el tiempo como si hubiese vivido un mes. El primer día decidimos irnos a Luxemburgo, país que esta a dos horas de Wiesbaden (Ciudad donde vive Yvette)
Fue pensado y hecho, estuvimos pocas horas, pero las suficientes para descubrir un país, vanguardista, limpio y muy chic.
Nos cayo una nevada tremenda, parecía una niña pequeña saltando de alegría mientras aguantaba la nieve, no se si estaba en Luxemburgo ó en las «Las Cronicas de Narnia» a la espera que me surgiera algún elfo en cualquier rincón. Fue una estampa preciosa. ❄️⛄️




Al día siguente, nos quedamos en Wiesbaden paseamos por kurpark un parque público de 7,5 hectáreas de zona verde situado en el centro de la ciudad hessiana el lugar es lindisimo.
Cerca de bosques frondosos y lagos maravillosos, donde la gente suele ir hacer deporte ó sencillamente a pasear por sus senderos, se respira paz y tranquilidad desconectas del mundo en una milésima de segundo.







Después de pasear por Kurpark decidimos hacer unas compras, ya que al día siguente era nochevieja, y teníamos que preparar repostería estábamos invitadas en casa de unos amigos, de Yvette y cada uno tenia que traer un plato de comida, allí es típico colaborar y compartir la gastronomía.
Bebimos vino caliente (glühwein) es una costumbre alemana, con una variada comida riquísima, después de las 12.
Empiezan los fuegos artificiales durante casi una hora, sin parar en tierras germanas no existen las 12 campanadas ni comerse las uvas, es curioso como en cada lugar las tradiciones son diferentes.

Al día siguente, Ya en el 2018, decidimos, viajar a la a ciudad de Mainz es joven, dinámica, mágica, universitaria y muy activa, pasamos la tarde por sus calles.
Descubriendo callejuelas con sus casas tan características germanas, todo tan navideño en esta época del año y tan bonito.
Pasamos una tarde fantástica, y aunque pronto se hizo de noche, pudimos descubrirla poco a poco.



Después de cuatro días muy intensos, volví con las pilas cargadas, con una energía renovada, y con muchas ganas de seguír viajando.
Es mi terapia de choque, es mi medicina anti-stress, es mi antídoto al aburrimiento y a la vida cotidiana.
Espero y deseo que este año 2018 sea vibrante, viajero, positivo y muy muy sano en relaciones, conocer gente de todo el mundo me aporta una felicidad inmensa, la sensación de ser ciudadano del mundo es muy satisfactoria para mi y me llena de felicidad.
@Pasaporte a mi vida Blog-2018