
Tener amigas/os que vivan en el extranjero es una suerte, puedes ir a visitarlos sencillamente, cuando necesitas un cambio de aires, cuando necesitas desconectar de tú vorágine laboral y de tú propia vida.
De vez en cuando se necesita una escapada, para reencontrarte con esas personas que conociste y forman parte de tú vida, de una manera tan especial.

He viajado dos veces a Wiesbaden (Capital del estado federal Alemán de Hesse) Una en Otoño y otra en Navidades, en diferentes años, pero en esta entrada hablaré de mi primera escapada a esta maravillosa ciudad y a este potente país, Octubre del 2014 🇩🇪
Fuí a visitarla a ella, Mi amiga Yvette, una mujer de bandera, fuerte, valiente, inteligente y muy inspiradora para mi, un ejemplo a seguir, siempre hacia adelante, siempre resurgiendo como el Ave Fénix, renaciendo de sus propias cenizas, sin miedo.
Ahora esta ubicada en Wiesbaden, una ciudad preciosa al suroeste de Alemania, rodeada de bosques que parecen sacados de cualquier cuento de los hermanos Grimm.
La primera vez, que la visité fue a principios del mes de octubre, ya estábamos en otoño, una estación que no la suelo apreciar en mi ciudad, al ser mediterránea, pero cuando llegué a Frankfurt am Main, la primera ciudad que pisé, antes de llegar a Wiesbaden.
Me quede absolutamente anonadada, alfombras de hojas caídas en las calles, la gama de colores era como una carta de Pantone, abierta en abanico descubriendo todas sus tonalidades, de marrones, ocres, oros y naranjas amarillentos 🍁
El ambiente era húmedo y bucólico, llovía un poco, pero aún así, descubrí una ciudad moderna y antigua a la vez, una mezcla de estilos que convivían sin ningún pudor y hasta encajabán.
Después de la primera noche en Frankfurt am Main y al día siguente ya estábamos en Wiesbaden.
Wiesbaden tiene un par de peculiaridades es una ciudad balneario, y es conocida popularmente como «La niza del norte» por sus baños termales, pero a parte de ser una ciudad spa es cultural y elegante.
Tiene otra peculiaridad existe una colina en el norte de la ciudad donde subes con un Funicular railway, es un tren hidráulico que data desde 1888 y aún esta en uso, su nombre es Neroberghahn Funicular Railway.
En la temporada de invierno esta cerrado, pero puedes disfrutar de la excursión el resto de estaciones, vale realmente la pena.
El paseo con el Funicular es muy agradable y vas entrando poco a poco, en un submundo idílico y poético que no tiene nada, que ver con la ciudad que hay debajo de la colina, cuando llegas al Top, y descubres las vistas son sencillamente espectaculares.




la ciudad que también visité en esta ocasión fue Mainz.
Queda muy cerca de Wiesbaden es una ciudad más jovén, aparentemente y es la capital del estado federal de Hesse, estuvimos de paso un día, pero me sorprendió por su dinamismo y su vitalidad, recorrimos sus calles y su gran plaza perfectamente estructurada y ordenada.

Escaparme unos días fue muy enriquecedor a nivel geográfico y cultural, aproveche los cuatro días intensamente, desconecte y me revitalize la mente, descubrí un estado de Alemania desconocido para mi.
Y me sorprendió gratamente me prometí, volver en otra estación del año, y así lo hice un año más tarde para las navidades del 2015, fue otra experiencia muy diferente é enriquecedora.
Pase allí la nochevieja del 2015 y pronto, pasaré la nochevieja del 2017 en un par de meses, vuelvo a Wiesbaden con ganas de reencontrarme otra vez, con mis amistades y vivir otra escapada maravillosa 🔜 ✈️
@Pasaporte a mi vida Blog-2017