
Rozaba la treintena tenia la sensación que la vida pasaba demasiado despacio y no había manera de acelerar, no sabía como hacerlo tenia miedo a lo desconocido, y me costaba mucho avanzar tenia la sensación que la vida se me escapaba de las manos y que me faltaba mucho por vivir y experimentar.
Había terminado mis estudios hacía algunos años y estaba inmersa en el mundo laboral, aunque recuerdo en aquella época mi inestabilidad económica era muy acusada.
Tenia mucha necesidad vital de salir de mi zona de confort, empezar a descubrir mundo, conocerme y probarme a mi misma.
Estaba decidida a dar el paso, entonces decidí marcharme a Escocia, concretamente a Edimburgo (su capital) para experimentar la sensación de vivir independiente una temporada, un viaje de inmersión lingüística, sentirme como ciudadana del mundo, libre y sin prejuicios.

Mi primera aventura:
La pionera de una larga serie de viajes, modo de vivir y sobre todo, cambio de mentalidad, es como si mi personalidad la hubiese tenido invernando, durante tantos años saliese a la superficie y gritara. Este es mi verdadero YO!.
No fué fácil desvincularme físicamente y emocionalmente de mi familia, nunca me había separado de ellos, tanto tiempo y había viajado muy poco, solo con mi familia y amigos, pero tenia que hacerlo, era necesario para crecer interiormente, sabia que iba a ser un antes y un después en mi trayectoria vital, tan importante, ya no he sido la misma desde aquella experiencia y en mi foro interno lo sabia.
Marche con mucha ilusión, seis meses antes de coger el avión, había sufrido una enfermedad de mi mamí, y me di cuenta que todo puede terminar en una milésima de segundo y no me lo podía permitir, quería vivir intensamente y no dejar que el tiempo pasara por mi lado sin mas, sin ser productivo en mi esencia, mi madre se recuperó y ahí tome la decisión.
Han pasado ya muchos años, de esta mi primera experiencia. Escocia es un país lleno de gente amable, yo me sentí como en casa desde el minuto uno, que pise su tierra bucólica, lluviosa, verde y llena de leyendas é historia.
Viví con una maravillosa familia, trabaje en un burguer, estudiaba ingles aceleradamente, tuve una bonita y corta historia de amor, hice amigos, viaje por sus tierras altas y aprendí a desenvolverme por la vida libremente.
Descubrí la fotografía a traves de sus paisajes, y empezó a apasionarme, viví tanto en tan pocos meses que me faltaban horas, el tiempo era existente, y mi vida estaba llena de novedades.

Ocho años más tarde, volví a mi tierra de gaitas, de pelirrojos con faldas, de casas empedradas, de colinas verdes, de vacas peludas, de castillos medievales, de sus locales con música en directo y de su simpática y acogedora gente.
La segunda vez que estuve fuerón solo un par de semanas, de vacaciones, pero también quise ir a clases, siempre hay que seguir aprendiendo.
Volví a mis orígenes, visite mi familia, mi antigua escuela y me comi una hamburguesa en el burguer, donde aprendí a montar whopper’s en cadena en menos de un minuto. 🍔🍟
Fue un recorrido a traves de la nostalgía, del recuerdo, de las mismas sensaciones de plenitud, paseando por sus calles, me acordaba de cada vivencia, de cada risa, de cada café en el Hotel Balmoral con mi amiga Blanca, nos colábamos en su cafetería de este hotel de cinco estrellas y nos tomábamos nuestro café con pastas y nos sentiamos como reinas.
Recorde la escapada que hicimos a sus tierras altas, entre amigos, en busca de Nessi (Su dragón del Lago Ness), nos dierón unos días de vacaciones en la escuela, y no lo pensamos, llegamos hasta la Isla de Skye, desde allí recuerdo que le mande una postal a mi madre y rezaba asi: «Mama, estoy en el fin del mundo»

Escocia es parte de mi vida, me pertenece, me hizo sentir cómoda y feliz. Y así la descubrí a traves de otra decisión acertada que tome sabiendo que en aquellos años y momentos de mi vida iba a ser lo mejor que me iba a pasar en mucho tiempo. Y así fue.
@Pasaporte a mi vida Blog-2017